Volvemos a tener las ovejas en nuestros nogales, esta vez en otra parcela en la que nunca antes habían estado.
Haciendo su doble función de desbrozar la hierba sin necesidad de hacerlo de forma mecánica, y por otro lado, abonando con sus excrementos el suelo, enriqueciéndolo y fomentando su biodiversidad.
No podemos estar más contentos con este rebaño y con su pastor.